domingo, 3 de febrero de 2013

DOCTRINA LA ORACION #3



ESTA ES UNA EXPOSICION SISTEMATICA DE LAS MAS IMPORTANTES DOCTRINAS DE LA BIBLIA.




En la última ocasión mencionamos algunos de los requisitos para poder recibir respuesta en la oración, y decíamos que algunas veces; los hijos de Dios oramos y sin embargo no recibimos ninguna respuesta a pesar de que Dios ha dicho en su palabra de que todo lo que pidiéramos en su nombre él nos lo daría; pero, decíamos que siempre que una oración no es respondida es a causa de que se está orando de una manera incorrecta; ahora bien, para poder orar como a Dios le agrada es necesario llenar algunos requisitos de los cuales estudiamos ya, pero que haremos un repaso y a la vez refrescar nuestra memoria para luego continuar con el estudio.

 

1)- decíamos que se necesitaba el requisito de la fe. Pues sino tenemos fe no podemos esperar ninguna respuesta a la oración, está fe tenía que ser en dos aspectos.

Primero en el sentido que Dios oye la oración.

Segundo en que recibiremos respuesta a lo que estamos pidiendo, decíamos que cuando la fe se extiende a esos dos aspectos es cuando podemos decir que realmente tenemos fe y al tener fe tenemos la seguridad que Dios hará lo que estamos pidiendo.

 

2)- Debemos pedir dentro de la voluntad de Dios.

ya que la escritura dice: que podemos tener la confianza de que Dios nos oye toda ves que nosotros estemos pidiendo dentro de su voluntad y allí veíamos la gran importancia de conocer, cual era la voluntad de Dios y decíamos que la forma en que el Señor recomendaba conocer su voluntad era permaneciendo en él y que sus palabras permaneciesen en nosotros, cuando esto así sucedía podíamos pedir lo que quisiéramos sabiendo que lo recibiríamos pues en tales condiciones el creyente tan sólo pedirá aquello que es la voluntad de Dios.

 

3)- necesitamos orar con limpia conciencia.

Es decir con una vida limpia de pecado donde no hubiera en nosotros inclinación al mal donde estuviéramos prestando oído a la palabra del Señor y cuando nosotros guardamos los mandamientos del Señor y andamos en obediencia a sus preceptos, es entonces cuando debemos tener la confianza que tendremos respuesta a la oración, pues el mismo Juan dice que debemos guardar su mandamiento y uno de ellos es que creamos que Jesucristo es el Señor, y de esa forma decíamos que todos aquellos que desean recibir respuesta de Dios primero deben guardar el mandamiento de Dios y ese mandamiento es creer que Jesucristo es el verdadero Salvador del mundo y recibirle de acuerdo a los lineamientos que su palabra presenta.

 

Otros requisitos más que se necesitan para recibir respuesta a la oración, son:

4)- necesitamos el requisito del fervor.

 Hay que orar con fervor para poder recibir respuesta a la oración, Stgo. 5: 17 << Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. >>

Santiago está tomando el ejemplo del profeta Elías el cual sabemos que era un hombre de Dios realmente sorprendente él hizo tantos milagros, aunque aquí Santiago cita el milagro de haber cerrado los cielos para que no lloviese durante 3 años y 6 meses, ¡que autoridad la que tenía Elías!! sin embargo Santiago nos dice: que Elías humanamente no era nada especial sino que dice: que era un hombre igual que nosotros sujeto a pasiones, pero lo que hacia la diferencia en Elías era dice; Santiago que él oraba fervientemente sig, (fuerza y clamor) si oraba con fervor en la oración ¿pero que es orar con fervor?

Orar con fervor es cuando ponemos todo el corazón, nuestra alma, nuestra mente, y todas nuestras fuerzas intelectuales y físicas en la oración, no es una oración que se repite como una simple fórmula, porque muchas veces los hijos de Dios tenemos la tendencia a tomar ciertos estribillos que se están repitiendo y repitiendo en la oración ya sus oraciones a Dios parecen como un disco rallado que sólo está repitiendo y repitiendo lo mismo, pero realmente Dios no desea ese tipo de oraciones y hay muchos hijos de Dios que tienen ya toda una oración estereotipada que cuando comienzan a orar están siempre repitiendo lo mismo, Dios las oye pero no las responde porque están carentes de un verdadero fervor como nos lo dijo el mismo señor en Mt.6: 7 << Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. >>

Dios si oye la oración y también sabe si nosotros simplemente estamos repitiendo los mismos conceptos o si estamos orando con verdadero fervor, ese es un punto determinante y allí también se encuentra la vida de la oración, porque cuando un creyente a perdido el fervor de la oración y lo hace simplemente por obligación o por llenar cierto ritual religioso o por llenar un formulismo evangélico, pues, entonces es donde esa oración pierde su carácter de conversación con Dios para convertirse en una palabrería simple, en una liturgia fría insípida la cual Dios no está interesado en escucharla convirtiéndose así en una oración inútil para la persona que práctica tal oración y allí es donde un gran número de creyentes han tropezado porque quizás pueden estar pidiendo con fe con una limpia conciencia pero si sus oraciones son carentes del fervor que caracterizaban a las oraciones de Elías y no sólo las de él, sino todas las de los hombres de Dios incluido nuestro Señor Jesucristo, cuando no hay ese fervor no podemos tener esperanza de recibir una respuesta.

Es por eso que la experiencia de la oración debe ser una experiencia profunda en los hijos de Dios, la oración no es algo que se debe hacer como un formulismo o repetir palabras hermosas que se han aprendido de memoria, nada de eso sino; que debe ser algo que debe brotar de lo profundo del corazón, tampoco es repetir de memoria algo que otro escribió o tomar un papel para ponerse a leer una oración muy bien redactada y muy elocuente, pero que delante de Dios carece totalmente de valor, la oración que Dios escucha es aquella que brota de un corazón fervoroso. y que se hace con mucho clamor. Jer. 33: 3 << Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. >>

 

Ex. 3: 7, 9 << Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, >> (V-9 ) << El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, >>

 

2Sam. 22: 7 << En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios;

El oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó a sus oídos. >>

 

Job. 34: 28 << Haciendo venir delante de él el clamor del pobre, Y que oiga el clamor de los necesitados. >> este es un ejemplo de las oraciones que el señor está dispuesto a escuchar y responder, aquellas que vienen de un corazón fervoroso que quizás aveces ni siquiera encuentra palabras adecuadas para poder expresar.

Tal como sucedió con Ana la que llegaría a ser madre del profeta, sacerdote y juez Samuel; que cuando oraba lo hacia con gran agonía en su alma, ella expresaba directamente con gemidos inexpresables lo que quería ante Dios y Dios oyó su oración porque era una oración fervorosa, tanto así que parecía una situación extraña dentro del templo que el sumo sacerdote llegó a pensar que ella estaba borracha; pero no, no era así, lo que sucedía era intuida de ese espíritu de fervor y entrega al Señor, de allí podemos nosotros aprender que la oración no debe ser algo rutinario, ni soñolienta tengamos mucho cuidado con eso, porque Dios no desea oraciones de ese tipo algunas veces los creyentes tenemos ya nuestras propias oraciones de memoria cuando nos levantamos o nos acostamos o cuando vamos a comer y todos los días se repite básicamente lo mismo, pero Dios lo que desea es que tengamos una actitud de expresión diferente que cada oración sea una experiencia renovada, que cada oración sea hecha con verdadero fervor y que así las lágrimas y el sudor en nuestros períodos de oración sea la experiencia continúa y perseverante de los cristianos, porque cuando estas cosas se pierden, cuando ya no hay lágrimas ni conpungimiento, cuando ya no hay ni una gota de sudor cuando estamos orando a Dios cuando ya no hay voces que se levantan en clamor, ruego y fervor, cuando ya no hay manos que se alzan a los cielos esa oración tiende a tornarse insípida tiende a perder su verdadero valor su carácter y a los ojos de Dios viene a ser algo sin sentido y por eso Elías y todos los hombres de Dios tuvieron resultados tan tremendos porque eran hombres que oraban con mucho fervor, semejantes a nosotros en pasiones; pero, en cuanto a la oración eran hombres que oraban con fervor.

Amados hermanos que Dios nos enseñe a orar con verdadero fervor, que nos enseñe ese arte bendito de poder doblar nuestras rodillas y no tratar de elevar una oración friolenta que repetimos cada mañana o cada noche, sino que sea una expresión verdadera del alma de lo profundo de nuestro ser con toda nuestra fuerza, con toda nuestra alma porque cuando oramos así es cuando podemos tener la seguridad que Dios oye nuestras oraciones porque este es otro requisito más para recibir respuesta a la oración.

 

5)- La perseverancia.

 

LC.18: 1-7 << También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,

2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,

5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.

6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.

7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? >>

Hasta allí es la lectura del evangelio de Lucas y creemos que la enseñanza que el Señor contó es muy obvia el mismo versículo 1 nos la declara cuando dice: que el Señor nos refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre y no desmayar, allí esta el punto que señalamos ya, que dice: que debemos de orar siempre y no desmayar, es decir perseverar en oración este es otro requisito que nosotros necesitamos para poder recibir respuesta a nuestras oraciones y es también un punto donde un enorme porcentaje de hijos de Dios fallan. Posiblemente ellos si están orando en una fe completa, dentro de la voluntad de Dios, con limpia conciencia con fervor pero son oraciones que tan sólo las hacen por un poco de tiempo una, dos y hasta tres veces, para luego olvidarlas y allí es donde se encuentra el problema ya que para poder recibir respuesta a la oración debemos perseverar en ella pues no sabemos cuando es el momento más adecuado cuando el señor nos responderá y por eso nosotros debemos perseverar sin desmayar, algunos cristianos a lo mejor han orado hasta semanas por una petición, pero luego quizás dentro de los planes de Dios ya nada más falta un par de días para que la respuesta llegue estos cristianos se desaniman y abandonan su oración, diciendo: Dios no me escuchó no me respondió y a lo mejor ya faltaba tan sólo un poco para recibir la respuesta pero por no haber perseverado lo menos no se alcanzo lo que Dios quería otorgar, por eso hermanos porque no sabemos cuanto falta para recibir una respuesta nosotros debemos perseverar en ella sin desmayar, recordemos la situación que se le presentó al profeta Daniel en el capitulo 10 por la cual estuvo orando durante 21 días, durante esos días no hubo una respuesta para Daniel, pero cuando hubo transcurrido estas 3 semanas de oración llegó el mensajero de Dios el cual le dijo: que el había venido por mandato del señor fijémonos bien que le dijo la oración que tu has hecho desde el primer día fue oída por Dios ósea que desde el día número 1 Dios le había escuchado y le había enviado la respuesta, ahora ¿porque había tardado tanto la respuesta? Porque sí Dios se la escuchó desde el primer día ¿porque tuvieron que transcurrir 21 días más para poder Dios responderle a Daniel? Pues el mismo ángel explico al profeta diciéndole: que cuando el venía con la respuesta el Principe, es decir la potestad diabólica salió para enfrentarse contra él e impedir que este llegará con la respuesta que Daniel estaba solicitando, el ángel aquel tuvo que comenzar una batalla que se prolongo durante 21 días era una batalla de índole espiritual, pero imaginemos si Daniel hubiera decaído en su oración a los cuatro o cinco días y ya no hubiera perseverado más; pues, si Daniel ya no esperaba  la respuesta obviamente que no le habría de llegar, pero Daniel persevero durante esos 21 días que fue el tiempo necesario para que el ángel pudiera vencer y entonces llegó hasta Daniel y le dijo: yo salí desde el primer día que comenzaste a orar, pero Satanás lo impedía; pero ahora aquí estoy con la respuesta que tu estabas solicitando; como nosotros no sabemos las batallas que se libran en el mundo espiritual y por cuanto no sabemos también que tan cerca está para que nos llegue la respuesta nuestro deber es perseverar siempre, insistiendo siempre y Dios siempre nos traerá la respuesta eso fue la parábola que el Señor contó diciendo: de que había en cierto lugar un juez que no tenía temor a Dios era un juez injusto, pero había una pobre viuda que venía todos los días y le decía has me justicia de mi adversario, obviamente de que si este juez no le tenía temor a Dios ni a los hombres pues mucho menos se iba sentir obligado ante una viuda insignificante como era esta pobre mujer, pero el problema era que la mujer llegaba todos los días has me justicia de mi adversario y aquel juez injusto por algún tiempo no quiso hacerle caso, pero sucedió que la mujer viuda insistía, insistía y insistía a tal punto que llegó un momento que aquel juez dijo: para que está mujer no me esté molestando mejor le voy a dar lo que pide no sea que viniendo de continuo me agote la paciencia. y luego el señor dijo: fíjense lo que dijo el juez que aunque era injusto y no tenía temor de Dios sin embargo le concedió a la viuda lo que pedía por causa de su insistencia, por causa de su perseverancia en estar solicitando y ahora el señor Jesús pregunta ¿acaso no hará justicia Dios a sus escogidos que claman a él día y noche pero allí está el punto que se debe no solamente orar sino clamar día y noche y se tardará Dios en responderles? Si aquel hombre que era injusto y no tenía temor de Dios le respondió a la viuda cuanto más Dios que es bueno en misericordia no responderá a sus escogidos pero si claman a él de día y de noche, pero allí está el punto que nosotros no clamamos nuestras oraciones son muy débiles, simples y sin perseverancia en nuestras peticiones y quizás cuando ya estábamos a un paso de recibir la respuesta no la recibimos porque sencillamente no persistimos en una oración de clamor, tenemos también el caso de Elías en 1Re. 18: 41-45 cuando el subió al monte a pedirle a Dios que volviera enviar lluvia sobre Israel recordemos que el tuvo que orar 7 veces o sea que era una oración insistente la que Elías tenía él subió hasta la cumbre del monte, y dice: la escritura que el puso su rostro entre las rodillas, estaba no solamente arrodillado, sino que completamente encorvado delante de Dios con su rostro sobre la tierra y allí comenzó a orar pidiéndole a Dios que enviara lluvia, luego envió a su criado que fuera más arriba a ver si habían señales de alguna nube que anunciará tormenta, pero el Criado respondió y le dijo: no hay nada ninguna evidencia, pero Elías no se desanimó sino que oró intensamente por segunda vez y luego volvió a enviar al criado y el criado una vez más le respondió no hay señales de tormenta y Elías, ora la tercera vez pidiéndole: a Dios fervientemente que enviara lluvia luego lo envía por tercera ves el cual va y regresa y le dice, no hay señales de lluvia; pero Elías no por eso se desanimó sino que aún la cuarta vez volvió a en corvarse delante de Dios y continuo orando y echa esta cuarta oración vuelve a enviar al criado y le responde, no hay ninguna señal, pero Elías no se desanima sino que continúa orando y así sucedió hasta que Elías pudo obtener la respuesta a su oración, esa es una verdadera muestra de lo que es la perseverancia y que es uno de los requisitos para recibir respuesta a la oración y seguramente quizás allí a estado la falla que simplemente comenzaron a orar pero no terminaron lo que emprendieron se cansaron de persistir, se cansaron de insistir delante de Dios para que trajera respuesta a sus oraciones y eso demuestra que también no había un verdadero interés en recibir respuesta a lo que se pedía, porque si hubiera un verdadero interés se perseveraría en esa rrogativa a lo largo del tiempo y aunque se tuviera que orar todo lo que se tuviera que orar.

¿Amados hermanos estaremos perseverando en la oración?

Ese es el punto sustancial que estamos tratando.

 

Resumiendo los requisitos que se necesitan para recibir respuesta a la oración diremos :

1)- Necesitamos tener fe

2)- Orar dentro de la voluntad de Dios.

3)- Orar con limpia conciencia.

4)- Orar con fervor.

5)- Orar con perseverancia.
Cuando conjugamos estos cinco requisitos podemos tener la seguridad que nuestras oraciones serán respondidas, quiera Dios que estas verdades podamos conservarlas en nuestro corazón ya que siendo la oración una práctica diaria del cristiano pues debemos tener presente siempre estas verdades, para así ponerlas en ejercicio en nuestra vida devocional diaria.  Fin  

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