jueves, 27 de diciembre de 2012

DOCTRINA EL ARREPENTIMIENTO #3

En esta ocasión continuaremos estudiando el tema de la doctrina del arrepentimiento. Continuamos con las confecciones de fe que la Iglesia a decretado a lo largo de su historia, algunas confecciones que nos hablan sobre este tema del arrepentimiento, consideramos que esto viene a ser como un repaso y a la vez como una exclamación mayor de otros aspectos que hemos tocado ya en las escrituras; por lo tanto vamos a comenzar este recorrido por las principales confecciones de fe de las Iglesias reformadas, para aprender un poco más y a la vez como ya se dijo repasar algunas cuestiones que ya se han mencionado pero que son siempre útiles recordar acerca del tema del arrepentimiento. En primer lugar ya citamos también la confesión de fe de Heydelbert y esta confesión ha sido redactada en forma de preguntas y respuestas y en la pregunta #88 dice: << De cuantas partes se compone el verdadero arrepentimiento y conversión al Señor? >> R- dice: de dos, la muerte del viejo hombre y la vivificación del nuevo. En esta pregunta que acabamos de leer del catecismo de Hydelbert podemos aprender que el arrepentimiento tiene tanto un aspecto positivo, como uno negativo; un aspecto positivo que consiste en la vivificación del nuevo hombre; y un aspecto negativo que consiste en la muerte del viejo hombre abandono todas aquellas cuestiones que ya no son agradables al Señor; por lo tanto el arrepentimiento no solamente es el dejar ciertas cosas sino que también el abrazar positivamente otras nuevas, ahora. ¿Qué es lo que hay que dejar? Y ¿qué es lo que hay que tomar? Pues esto viene a aclararse aún más en la pregunta 89 donde dice ¿en qué consiste la muerte del viejo hombre? R- dice: En que sintamos un profundo y doloroso pesar de todo corazón de haber ofendido a Dios con nuestros pecados aborreciendolos y evitándolos más y más. Aquí vemos como se nos está explicando lo que es la muerte del viejo hombre la cual se dijo ya que es una parte esencial del verdadero arrepentimiento, y que la muerte del viejo hombre consiste en que sintamos pesar de verdadero corazón de haber ofendido a Dios con nuestros pecados y que además de eso; podamos aborrecer esos mismos pecados con aborrecimiento tal que nos haga evitarlos en la manera mayor posible, así que nadie puede decir que se ha arrepentido verdaderamente sino aborrece sus pecados y sino siente dolor por haber ofendido a Dios a través de ellos; pero, luego falta el otro aspecto que es la vivíficacion del nuevo hombre, y en la pregunta 90 del catecismo de Hydelbert. dice: ¿Que es la vivificación del nuevo hombre? R- Es alegrarse de todo corazón en Dios por Cristo y desear vivir conforme a la voluntad de Dios así como ejercitarse en toda buena obra. Aquí se viene a completar ya lo que sería el otro aspecto del arrepentimiento pues decíamos que, había un aspecto negativo y uno positivo uno negativo que consiste en aborrecer el pecado y apartarse de el; pero, por otro lado el arrepentimiento también conlleva un aspecto que es positivo y que es el hacer la voluntad de Dios y ejercitarse en toda buena obra. En base a este catecismo de Hydelbert se puede decir que el arrepentimiento verdadero conlleva en primer lugar la muerte del viejo hombre que consiste en un aborrecimiento de toda clase de pecado. y por otro lado consiste en la vivificación del nuevo hombre que consiste en dedicarse en hacer aquellas cosas que son agradables al Señor. Este ha sido el comentario de Hydelbert. Y ahora veamos el capítulo 15 de la confección de fe de Westminster que lleva como título: el arrepentimiento para vida. En el literal A dice: << El arrepentimiento para vida es una gracia evangélica y esta doctrina referente a ella debe ser predicada por cada ministro del evangelio tanto como la de la fe en Cristo. >> En este literal A que hemos leído que es la confesión de fe de Westminster hace referencia a la importancia que el mensaje del evangelio vaya siempre acompañado de la doctrina del arrepentimiento, esto en razón de todas las bases bíblicas de la palabra de Dios y es de que siempre el arrepentimiento fue un elemento sustancial en las enseñanzas de todos los que fueron enviados por Dios: como Juan él autista, los apóstoles, los primeros discípulos, la Iglesia primitiva y además de eso el mismo Señor Jesucristo incluyó la enseñanza del arrepentimiento dentro de su mensaje evangelizador por lo tanto así como se proclama la justificación de vida en Cristo también debe anunciarse el arrepentimiento de los pecados para alcanzar esa gracia salvadora de Dios. El literal B del mismo capítulo 15 de la confesión de Wesmister dice: << al arrepentirse un pecador se aflige por sus pecados y los odia movido no sólo por la vista y el sentimiento del peligro sino también por lo inmundo y odioso de sellos que son contrarios a la santa naturaleza y a la justa ley de Dios y al comprender la misericordia de Dios en Cristo para los que están arrepentidos se aflige y odia sus pecados de manera que se vuelve de todos ellos hacia Dios proponiendose y esforzándose para andar con el en todos los caminos de sus mandamientos. >> En este, segundo literal se nos está enseñando que el arrepentimiento de los pecados se produce en base a dos cosas. En primer lugar la misma naturaleza de los pecados. porque siendo el pecado inmundo y odioso el creyente llega a aborrecerlos de tal manera que se arrepiente de ellos, Pero este arrepentimiento solamente puede provenir cuando Dios a otorgado al pecador esa gracia del arrepentimiento es así como la diferencia que existe entre el cerdo y la oveja; que sí un cerdo cae en el lodazal pues se siente feliz y contento pues su naturaleza es esa, en Cambio si una oveja cae en el lodazal ella se esforzará hasta donde sea posible por salirse de ese lugar pues no le agrada de manera alguna, y lo mismo sucede con aquel que tiene el conocimiento de Dios, que cuando cae o se ve hundido en el lodo desea salir de el pues lo aborrece y ve aquello como un sitio odioso y detestable, pero para eso seria necesario que su naturaleza haya sido cambiada, es necesario que el cerdo se convierta en oveja cosa que nunca sucederá, es un ejemplo solamente, para que anhelara salir del lago del pecado en que se encuentra; pero decíamos de que no solamente el pecador se arrepiente de sus pecados por lo odioso que estos le resultan ser; sino que también al comprender la misericordia de Dios que le ha sido otorgada en Cristo al llegar al conocimiento que hay un Dios amante misericordioso que le ofrece perdón de esos mismos pecados en Jesucristo se viene a producir tal como un ungimiento en el corazón de este pecador que finalmente este llega a arrepentirse y no solamente por la maldad y ferocidad de sus pecados, sino que por el amor y misericordia que Dios le otorga a través de su Hijo Jesucristo por estas dos razones es que el pecador llega al arrepentimiento. ahora el literal C del mismo capítulo 15 de la confesión de fe de Wesmister dice: << Aun cuando no debe confiares en el arrepentimiento como una satisfacción por el pecado o una causa de perdón para éste ya que el perdón es un acto de la pura gracia de Dios en Cristo, sin embargo es de tanta necesidad para todos los pecadores que ninguno puede esperar perdón sin arrepentimiento. >> la confesión de fe de Wesmister nos enseña aquí algo muy importante y es de que en sí mismo el arrepentimiento, no puede considerarse como un pago por el pecado que una persona haya cometido; porque hay quienes creen que basta con haberse vivido remordimientos por algún pecado que se ha cometido, pero sabemos que eso no es suficiente sin arrebatar la fe del evangelio el arrepentimiento no puede pagar el pecado; pues la Biblia dice, con claridad que la paga del pecado es la muerte y una persona que se arrepiente no puede a través del arrepentimiento comprar el perdón de sus pecados pues esta es una gracia que solamente puede provenir de Dios y eso viene hacer de que el pecador no esté depositando su confianza en el hecho de que se ha arrepentido, sino que este tiene que recordar que aparté del arrepentimiento debe buscar la reconciliación que es en Cristo Jesús y luego el perdón que solamente por su gracia Dios puede otorgar, pero esto también no debe llevarnos al otro extremo de pensar de que podemos ser perdonados sin arrepentimiento ya de que la Biblia es muy clara en decir que sino nos arrepentimos; todos pereceremos igualmente por lo tanto es el arrepentimiento de tanta necesidad que ningún pecador puede esperar ser perdonado sin tener un verdadero arrepentimiento. Ahora el literal B del mismo capítulo de la confesión de fe de Wesmister dice: << así como no hay pecado tan pequeño que no merezca la condenación así tampoco ningún pecado es tan grande que pueda condenar a todos los que se arrepientan verdaderamente. >> En este literal se nos está hablando ahora, de la certeza de la salvación; y es de que todos aquellos que realmente se han arrepentido de sus pecados no importa que tan grandes hayan sido las maldades que cometieron en otro tiempo, Dios les perdonara porque no hay pecado que por grande que sea que pueda condenar a aquellos que verdaderamente se han arrepentido, y esa es la confianza que el pecador puede tener y es de que aunque sus pecados sean muy negros, aunque fueren tan rojos como la misma grana, de todas maneras estos pecados pueden ser perdonados si existe un verdadero arrepentimiento, pero por otra parte hay que enfatizar el hecho que cualquier pecado por pequeño que sea este, puede condenar a la persona si ésta no se arrepiente, por lo tanto no podemos fiarnos de que los pecados, son tan pequeños como para no necesitar el arrepentimiento; y tampoco debemos de esperar al otro extremo de considerar que el pecado es tan grande como para suponer que ningún arrepentimiento pueda llevarnos a un perdón con Dios, el arrepentimiento es tanto para el que ha cometido pequeños pecados, si se le pudiera llamar así, como también es suficiente como para el que ha cometido pecados muy grandes, todo aquel que se arrepiente verdaderamente no será condenado cualquiera sean sus pecados. Siempre en el capítulo 15 de la confesión de fe Wesmister en el literal E dice: << Los hombres no deben quedar satisfechos con un arrepentimiento general de sus pecados sino que es el deber de todo hombre procurar arrepentirse específicamente de sus pecados específicos. >> Ahora esta confesión de fe de Wesmister nos señala algo que es de suma importancia y es el hecho de que en el verdadero arrepentimiento, debe intervenir una confesión de cada uno de los pecados que el hombre ha cometido, como dice << No hay que quedarse satisfechos con un arrepentimiento general de los pecados >> es decir, que no vasta con decirle a Dios Señor me arrepiento de todo lo malo que he hecho, no debe ser así el arrepentimiento debe ser específico, así como los pecados también son específicos, si una persona a mentido y a robado pues debe decirle al Señor no solamente, perdóname todos mis pecados sino que debe decirle yo he mentido, perdóname porque yo he robado, y así es pacíficamente uno a uno el hombre debe ir mencionando sus pecados delante de Dios ya de que eso es un verdadero arrepentimiento porque habla de un dolor por cada una de las malas acciones que se han cometido, si una persona al confesar sus pecados ni siquiera los menciona de una manera específica, está hablando que en verdad no está sintiendo una verdadera carga por esos pecados; pues aquel que realmente está arrepentido se duele de cada una de las maldades que haya cometido por pequeñas que él las considere. Y la confianza es de que cuando nosotros confesamos a Dios nuestros pecados, él ha prometido ser fiel para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad pero es necesario confesar específicamente esos pecados específicos. Y finalmente en el literal F del mismo capítulo 15 de esta confesión de Wesmister dice: << Todo hombre está obligado a confesar privadamente sus pecados a Dios; orando por el perdón de ellos al confesarlos y al apartarse de ellos hallará misericordia, así también el que escandaliza a su hermano o a la Iglesia de Cristo debe estar dispuesto a declarar su arrepentimiento a los ofendidos por medio de una confesión pública con tristeza por su pecado, los ofendidos deberán entonces reconciliarse con él y recibirle en amor. >> aquí vemos ya un último aspecto de este tema del arrepentimiento, y es de que hay dos clases de pecados que se pueden cometer. Uno es pecado contra Dios y los otros son pecados contra el prójimo, aunque también debemos añadir que cuando una persona ofende a su prójimo no sola mente es un pecado contra su prójimo sino que eso también es un pecado contra Dios. Pero hay pecados que van dirigidos contra la dignidad del Señor. dice esta confección que cuando un hombre ha pecado contra Dios es necesario que esa persona confiese privadamente a Dios sus pecados, ya de que ningún hombre puede otorgar el perdón que solamente Dios puede otorgar y es por eso que al buscar la confesión de los pecados no podemos recurrir a otro hombre sino solamente a Dios pues es a él quien hemos ofendido, esto es cuando se trata de pecados cometidos contra la dignidad de de Dios; pero, decíamos que también hay otra clase de pecados y es aquella clase de pecados que se cometen contra el prójimo, o a veces aún contra la Iglesia y cuando es ese el caso el pecador está obligado ahora ya no solamente a confesar su pecados a Dios sino que también debe estar dispuesto a declarar su arrepentimiento a los ofendidos, es decir que sí alguien a pecado en alguna forma contra la Iglesia del Señor; éste debe pedir perdón a la Iglesia declarar que se siente arrepentido por la mala acción que hizo o por las palabras malas que pronuncio contra el pueblo del Señor, y lo mismo en el caso de que fuera una ofensa contra una persona específica. El pecador debe llegar y manifestar le su arrepentimiento diciéndole que se siente mal por la palabra o por la acción que cometió en contra de él; y es entonces cuando este pecador siente tristeza por su pecado y esa misma acción de llegar a reconocer y pedir perdón delante de su prójimo, delante de su hermano será una actitud de verdadera humillación que a la ves le enseñará en otra oportunidad a ser precavido para no dejarse guiar tan fácilmente por los pecados como lo hizo con anterioridad y por otra parte la obligación de los ofendidos es de reconciliarse con el ofensor y recibirle en amor y de esa manera el pecador que ha ofendido a su hermano o ala congregación se sentirá bien y será recibido otra vez en el amor de Jesucristo dentro del seno de la congregación. Así qué hasta aquí llega el comentario de la confesión de fe de Wesmister con lo cual también damos como concluido nuestro tema del arrepentimiento. Confiamos en que éste haya sido de utilidad para cada uno de los que hemos estado aquí.

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